sábado, 22 de junio de 2013


FLAMENCO y SOLIDARIDAD
Por encima de cualquier otra consideración
 

CARTA DE NATURALEZA DE UN CARTEL

 -Cuando varios amigos de Flamencos de Tombuctú, nos propusieron el colaborar en este proyecto solidario del mundo del flamenco jerezano (se trata de ayudar a la apertura de un nuevo comedor social), apelando a nuestra idiosincrasia, y especialización como librería, estudio y taller. Contribuyendo para ello con el diseño y realización de un cartel cuyo objetivo debía ser el publicitar el acto que en aquellos días se ponía en marcha, no lo dudamos, el fin, por encima de cualquier otra consideración lo merecía. Este es pues el resultado, el cual esperamos, haya servido al propósito que se le encomendó, desde que se presentara oficialmente al público el pasado viernes, 7 de junio.
 

 Para nosotros constituía pues, y por partida doble todo un reto. En primer lugar el de corresponder por encima de otras consideraciones a lo demandado por una iniciativa tomada para paliar en la medida de lo posible una necesidad básica, cada día más acuciante en Jerez. Y por otra parte, responder de forma profesional, a la confianza vertida hacia nuestra labor por todo aquel grupo heterogéneo de colaboradores en el acto, eligiéndonos;  tarea que hemos pretendido abordar desde la base de una estructura clásica de cartel tipo velada flamenca, pero sin traicionar ni un ápice su verdadera razón de ser, e incidiendo en nuestra particular fórmula de concepción como equipo de estudio y taller de producciones gráficas. Que para la ocasión se basa en la utilización de una obra pictórica, un retrato, en combinación con una dinámica eminentemente práctica en el diseño, y altamente comprometida con las posibilidades que ofrece el formato elegido, que incluye una información clara del ¿por qué? , y del ¿quiénes?

Implicaba no obstante, además una responsabilidad, la que supone el plasmar en un cartel la esencia de un acto de apoyo, que reúne no sólo a un amplio elenco de artistas flamencos, profesionales de la comunicación, y una legión de colaboradores. Unidos para la ocasión bajo un slogan que en una frase pretende sintetizar la empatía activa de estos a través de su calidad humana puesta al servicio de la causa común, respondiendo con su arte y profesionalidad a un momento de acuciante necesidad básica, que vive en estos días de crisis y escándalos el pueblo de Jerez.

 En líneas generales la idea inicial del cartel se esbozó a partir de la plasmación de una mirada que se presume flamenca donde las haya como premisa, y de toda la carga semiótica contenida en esta. Un mensaje que transmitir de forma visual, sirviéndonos para la ocasión de un rostro, que si bien no resulta anónimo para muchos de los aficionados al flamenco, y por descontado al resto de la profesión, no por ello dejaba de ser representativo como imagen expresiva de lo que se pretendía comunicar en el cartel. El rostro de una de estas personas que recogía el guante de la arena hace ya semanas, aquí el retrato del cantaor jerezano José de los Camarones, se torna en crisol de esos otros muchos rostros, representando la encomienda que todos hemos aceptado, con su mirada. Proyectando  un mensaje de demanda hacia el interlocutor, que para la ocasión es el pueblo entero de Jerez, precisamente por el brillo de vitalidad que se desprende de su mirada al reflejarse la tensión contenida.

 Hemos intentado, en este sentido, que el cartel de algún modo se tornara espejo a ojos de buen cubero,  al reflejar en una segunda lectura posible, una mirada janua, desgarrada por la fatiga a la vez que incombustible ante el desánimo. Que traslade un toque de atención a la sociedad en general, pero también un mensaje de vida y dignidad ante la adversidad, manifestado en la recreación, esa clase de solidaridad que muchos de los artífices en el fecho del flamenco, a veces, en tantos sentidos igual de esmayaos (entiéndase aquí como desmayo ante las circunstancias), suelen poner al servicio de sus semejantes cuando estos lo necesitan. Recoger esta particular mirada del asunto en un cartel, que además, no nos conformábamos, como ya se ha apuntado, queríamos que estuviera construido por elementos estilísticos tradicionales (un retrato de un cantaor representativo), ya  constituía todo un reto, un objetivo el cual desconocemos si hemos logrado, pero que al menos hemos afrontado con entusiasmo.

 Sospecho, a propósito de lo anterior, que a algunos de los que hemos estado trabajando en este proyecto desde hace tiempo, pues no es cosa improvisada, a la hora de buscar referencias  que pudieran sintetizar de algún modo toda esta carga emocional, tal vez se le hayan despertado, contribuyendo a reforzar anímicamente el mensaje que se intentaba proyectar, como es el caso del que esto escribe a la hora de afrontar la fábrica de este cartel, recuerdos de la niñez, y estos le llevaran a buscar esa percepción de algo a la vez cotidiano, sencillo, pero tan sublime de la condición humana como es el acto de ofrecer en forma de humilde alimento mundano, incluyendo algo más en el bollo, educación y una cultura ancestral de hospitalidad, que honro en su tiempo a muchos de nuestros antepasados. No resultará tarea difícil el evocarlos, encontrándola  a buen seguro en aquella imagen de solidaridad que muchos retenemos, que se vivía en las corralas y casas de vecinos, pónganse por caso, del Arco de Santiago, o en la Plazuela, pero que bien se puede extrapolar en la práctica a todo Jerez. Costumbres, con razón de ser (materia propia de la antropológica que guardaremos para mejor ocasión), en algún caso hiperbólica, extremo adoptado por muchas de nuestras abuelas, madres y tías, caso de mi propia familia, en donde no faltaba el café para todos, para propios y extraños, y una rebanada de pan con manteca colorá; y llegado el caso de socorro mútuo ante la adversidad no sólo practicado ante el familiar o el amigo. Estos flamencos de ahora, que tienen a bien el ofrecerse con este acto para con sus paisanos más necesitados, muchos vástagos de aquellos payos y gitanos, a buen seguro que honran esta memoria colectiva de solidaridad de todo un pueblo, el jerezano.

 Ahora tal vez sea tiempo de dejar hacer al corazón, posponiendo por un momento los mil reproches y justas demandas, apoyando esta iniciativa, con un donativo de 8 euros de quien pueda permitírselo, a cambio los corazones de todos, a buen seguro, esta noche de sábado, latirán por bulerías, y seguramente la disponibilidad de ánimo, permita luego, el mirar cara a cara el rostro del verdadero problema.
 
 Flamencos de Tombuctú. En Jerez de la Frontera, 20 de junio del año 2013
 
Posdata:
 -Queremos aprovechar para recordar a todo el que se encuentre interesado en asistir a la velada flamenca de esta noche, que aún se pueden adquirir las correspondientes entradas para contribuir a esta iniciativa en las puertas de la Sala Paúl.

No hay comentarios:

Publicar un comentario