FLAMENCO y SOLIDARIDAD
Por encima de cualquier
otra consideración
CARTA DE NATURALEZA DE UN CARTEL
-Cuando varios amigos de Flamencos de
Tombuctú, nos propusieron el colaborar en este proyecto solidario del mundo del
flamenco jerezano (se trata de ayudar a la apertura de un nuevo comedor social),
apelando a nuestra idiosincrasia, y especialización como librería, estudio y taller.
Contribuyendo para ello con el diseño y realización de un cartel cuyo objetivo debía
ser el publicitar el acto que en aquellos días se ponía en marcha, no lo dudamos,
el fin, por encima de cualquier otra consideración lo merecía. Este es pues el
resultado, el cual esperamos, haya servido al propósito que se le encomendó,
desde que se presentara oficialmente al público el pasado viernes, 7 de junio.
Para nosotros constituía pues, y por partida
doble todo un reto. En primer lugar el de corresponder por encima de otras
consideraciones a lo demandado por una iniciativa tomada para paliar en la
medida de lo posible una necesidad básica, cada día más acuciante en Jerez. Y
por otra parte, responder de forma profesional, a la confianza vertida hacia
nuestra labor por todo aquel grupo heterogéneo de colaboradores en el acto, eligiéndonos; tarea que hemos pretendido abordar desde la
base de una estructura clásica de cartel tipo velada flamenca, pero sin traicionar ni un ápice su verdadera razón
de ser, e incidiendo en nuestra particular fórmula de concepción como equipo de
estudio y taller de producciones gráficas. Que para la ocasión se basa en la
utilización de una obra pictórica, un retrato, en combinación con una dinámica eminentemente
práctica en el diseño, y altamente comprometida con las posibilidades que
ofrece el formato elegido, que incluye una información clara del ¿por qué? , y del
¿quiénes?
Implicaba no
obstante, además una responsabilidad, la que supone el plasmar en un cartel la
esencia de un acto de apoyo, que reúne no sólo a un amplio elenco de artistas
flamencos, profesionales de la comunicación, y una legión de colaboradores. Unidos
para la ocasión bajo un slogan que en
una frase pretende sintetizar la empatía activa de estos a través de su calidad
humana puesta al servicio de la causa común, respondiendo con su arte y
profesionalidad a un momento de acuciante necesidad básica, que vive en estos
días de crisis y escándalos el pueblo de Jerez.
En líneas generales la idea inicial del cartel
se esbozó a partir de la plasmación de una mirada
que se presume flamenca donde las haya
como premisa, y de toda la carga semiótica contenida en esta. Un mensaje que
transmitir de forma visual, sirviéndonos para la ocasión de un rostro, que si
bien no resulta anónimo para muchos de los aficionados al flamenco, y por
descontado al resto de la profesión, no por ello dejaba de ser representativo
como imagen expresiva de lo que se pretendía comunicar en el cartel. El rostro
de una de estas personas que recogía el guante de la arena hace ya semanas,
aquí el retrato del cantaor jerezano José de los Camarones, se torna en crisol
de esos otros muchos rostros, representando la encomienda que todos hemos
aceptado, con su mirada. Proyectando un
mensaje de demanda hacia el interlocutor, que para la ocasión es el pueblo entero
de Jerez, precisamente por el brillo de vitalidad que se desprende de su mirada
al reflejarse la tensión contenida.
Hemos intentado, en este sentido, que el
cartel de algún modo se tornara espejo a ojos de buen cubero, al reflejar en
una segunda lectura posible, una mirada
janua, desgarrada por la fatiga a la vez que incombustible ante el desánimo.
Que traslade un toque de atención a la sociedad en general, pero también un
mensaje de vida y dignidad ante la adversidad, manifestado en la recreación, esa
clase de solidaridad que muchos de los artífices en el fecho del flamenco, a veces, en tantos sentidos igual de esmayaos (entiéndase aquí como desmayo
ante las circunstancias), suelen poner al servicio de sus semejantes cuando
estos lo necesitan. Recoger esta particular mirada del asunto en un cartel, que
además, no nos conformábamos, como ya se ha apuntado, queríamos que estuviera
construido por elementos estilísticos tradicionales (un retrato de un cantaor
representativo), ya constituía todo un
reto, un objetivo el cual desconocemos si hemos logrado, pero que al menos
hemos afrontado con entusiasmo.
Sospecho, a propósito de lo anterior, que a
algunos de los que hemos estado trabajando en este proyecto desde hace tiempo, pues
no es cosa improvisada, a la hora de buscar referencias que pudieran sintetizar de algún modo toda
esta carga emocional, tal vez se le hayan despertado, contribuyendo a reforzar
anímicamente el mensaje que se intentaba proyectar, como es el caso del que
esto escribe a la hora de afrontar la fábrica de este cartel, recuerdos de la
niñez, y estos le llevaran a buscar esa percepción de algo a la vez cotidiano,
sencillo, pero tan sublime de la condición humana como es el acto de ofrecer en
forma de humilde alimento mundano, incluyendo algo más en el bollo, educación y una cultura ancestral
de hospitalidad, que honro en su tiempo a muchos de nuestros antepasados. No
resultará tarea difícil el evocarlos, encontrándola a buen seguro en aquella imagen de solidaridad
que muchos retenemos, que se vivía en las corralas y casas de vecinos, pónganse
por caso, del Arco de Santiago, o en la Plazuela, pero que bien se puede extrapolar
en la práctica a todo Jerez. Costumbres, con razón de ser (materia propia de la
antropológica que guardaremos para mejor ocasión), en algún caso hiperbólica,
extremo adoptado por muchas de nuestras abuelas, madres y tías, caso de mi
propia familia, en donde no faltaba el café para todos, para propios y
extraños, y una rebanada de pan con manteca
colorá; y llegado el caso de socorro mútuo ante la adversidad no sólo
practicado ante el familiar o el amigo. Estos flamencos de ahora, que tienen a
bien el ofrecerse con este acto para con sus paisanos más necesitados, muchos vástagos
de aquellos payos y gitanos, a buen seguro que honran esta memoria colectiva de
solidaridad de todo un pueblo, el jerezano.
Ahora tal vez
sea tiempo de dejar hacer al corazón, posponiendo por un momento los mil
reproches y justas demandas, apoyando esta iniciativa, con un donativo de 8
euros de quien pueda permitírselo, a cambio los corazones de todos, a buen
seguro, esta noche de sábado, latirán por bulerías, y seguramente la
disponibilidad de ánimo, permita luego, el mirar cara a cara el rostro del verdadero
problema.
Flamencos de
Tombuctú. En Jerez de la Frontera, 20 de junio del año 2013
Posdata:
-Queremos
aprovechar para recordar a todo el que se encuentre interesado en asistir a la
velada flamenca de esta noche, que aún se pueden adquirir las correspondientes
entradas para contribuir a esta iniciativa en las puertas de la Sala Paúl.